19 septiembre 2005

Oktober Fest y despedida de Alemania


El sábado fue el día que se inauguró la Oktober Fest, en Múnich, la feria donde se gastan más litros de cerveza del mundo, y efectivamente por lo que vi, me lo creo. El sábado por la mañana me levanté y me puse a estudiar un poco que había que aprovechar, después un poco antes de comer, para ir abriendo boca nos bajamos al bar de abajo de casa y nos tomamos una cerveza, luego nos subimos a comer.
Después de comer decidimos ir a dar una vuelta por la Oktober Fest, para ver que tal era y todo eso, además yo quería aprovechar que era mi último día en Múnich, y para una vez que puedo ver la Oktober Fest no la voy a desaprovechar. A las 6 de la tarde nos pasamos por el piso de Fermín, Tomás y Sergio y nos fuimos al ferial que estaba al lado de su casa. A las 6 y media quedé con Rafa y Natalia en el monumento de Baviera, justo desde donde está tomada la foto. En la foto se ven a la izquierda las casetas y a la derecha los cacharros para montarse, seguro que después de tomarse un par de cervezas alemanas, te montas en los cacharricos y tienes que salir fenómeno
Cuando ya estuvimos juntos nos pusimos a dar una vuelta para ver las casetas y ver que tal eran, en fin, eso es muy grande, desde luego más grande que cualquiera feria que he visto en España, cada caseta es para varias miles de personas, en comparación con las casetas de las ferias de España...
Cuando terminamos de ver las casetas se fueron todos y nos quedamos Rafa, Natalia y yo, estuvimos buscando una caseta que no tuviera mucha cola para entrar, cosa bastante difícil, las colas que había en las casetas más populares eran proporcionales al tamaño de las casetas, es decir, muchas personas en las casetas, intentamos en la caseta de Löwenbräu y en un par más, pero no había manera, hasta que al final encontramos una caseta que casi no tenía cola y en esa si que pudimos entrar.
El panorama cuando entramos en la caseta era un montón de mesas por toda la caseta, una orquesta en la parte izquierda, mucha gente vestida de bábara, y casi toda la gente bailando encima de las bancas porque no te dejan subirte en las mesas. Al final encontramos sitios y nos pedimos una cerveza cada una, además aquí no se andan con tonterías tamaño mínimo (y único): 1 litro.
Cuando terminamos nos fuimos a cenar al McDonald que hay en Goethe Platz, aunque yo no tenía mucha gana de cenar y estaba ya un poco nervioso por el viaje, así que no tomé nada. Cuando nos fuimos para el metro la panorámica era también para verla, un montón de policía y un montón de gente en el metro, nunca había visto el metro tan lleno, ni a las horas puntas, y además la gente después de llevar desde las 12 de la mañana bebiendo jarras de cerveza de litro hasta las 12 de la noche tampoco iba en muy buen estado, quizás por eso estaba la estación llena de policías, para que nadie se callera ni nada por el estilo, luego me fui para mi casa y así terminó el sábado, mi último día en Múnich (por lo menos en el verano del 2005)
La verdad es que era cursioso que con la gente que había y como iba la gente no hubiera peleas ni nada por el estilo, y es que los alemanes son gente muy tranquila.

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