La lentejada
Como ya he comentado varias veces, una de las cosas que más se echan de menos en Alemania son los platos de cuchara, y es que como dijo mi amigo Fermín en Múnich:
"Me voy para España que estoy harto; llevo tres meses utilizando la cuchara para el yogur y el kiwi nada más"
Y la cosa es que no va tan descaminado... que gente más rara...
Bueno, que dicho y hecho, ayer hice averiguaciones, llamando a Martos, pidiendo la receta de las lentejas y hoy preparado me he puesto manos a la obra.
La receta que me han dado para hacer las lentejas es:
- Echar las lentejas en la olla con agua fría, tres puñados por cada persona, que sobresalga unos tres dedos de agua sobre las lentejas.
- Echarle un chorreón de aceite, un poco de azafrán, una pastilla de avecrem de pollo, una cebolla pelada, dos ajos mondados y un chorizo si se desea.
- Se pone a la lumbre, fuerte, hasta que empiece a hervir, cuando hierva, se baja la lumbre a la mitad, se tapa y se deja cada 15 minutos remover para que no se pegue, si se queda sin agua, echar más agua.
- Cuando las lentejas estén blandas, se deja de cocer, se sacan la cebolla y los ajos, se pasan por un pasapuré y se mezcla todo
- Y se comen.
Evidentemente, éste último paso es el más importante, porque si no se hace los demás quedan completamente sin sentido.
En fin, en un par de horas las lentejas estaban preparadas, las lentejas no sé si son difíciles de encontrar en Alemania o no, porque la verdad es que me las dio Rubén, y encima el pobre no pudo venir a comer, porque tiene una visita de España.
Al final nos hemos juntado ocho para comer en casa, menos mal que Albert y Maite se les ha ocurrido hacer un revuelto de champiñones, y gamas que estaba riquísimo.
¡Ahh...! Y de postre, Brownie, por supuesto...
En fin, ya ha pasado algo de tiempo y parece que todos hemos sobrevivido a las lentejas, lo cual es buena señal ¿no? Así que espero repetir.
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