10 julio 2006

Excursión a Trier

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El sábado pasado aprovechamos para ir a Trier, ¡por fin!, después de que comentara que quería ir e intentar organizarlo, ha tenido que pasar casi un mes hasta que he podido convencer a alguien para hacer la excursión a Trier, y es que esto de las piedras romanas no atraen a mucha gente.
Al final decidimos sólo ir a Trier en el mismo día en tren, lo cual suponía 4 horas de ida y otras 4 de vuelta, y como había que aprovechar el día, teníamos que coger el tren a las 6 de la mañana, pero bueno, el que algo quiere, algo le cuesta.
Los que pude engañar para que me acompañaran fueron Rubén e Iciar.
Para la ida fuimos de Darmstadt a Heidelberg, de allí a Kaiserlautern y de allí a Trier, llegando allí a las 11:04 y nos fuimos directamente para la Porta Nigra, que no tiene pérdida, es decir, saliendo de la estacíon de trenes, por esa avenida desemboca uno en la Porta Nigra.
La verdad es que me hacía mucha ilusión ver este monumento, puesto que es la puerta de muralla romana mejor conservada del mundo, y nada, la verdad es que me quedé con la boca abierta cuando vi el monumento, después de hacerle una buena sesión fotografíca, decidí cruzarla, e ir a la oficina de información, allí estuvimos preguntando que cosas ver en la ciudad (aunque yo ya me las había estudiado en casa), nos dieron un mapa y a hacer turismo.
Después pagamos la entrada y entramos a ver la Porta Nigra por dentro, paseando por las galerías que conectan las dos torres. También hay que comentar que durante la Edad Media, convirtieron la Porta Nigra en una iglesia para conservarla y que la gente no se llevara las piedras (La mayor parte de los monumentos romanos se han perdido o deteriorado porque la gente los utilizaba como canteras). De hecho la parte izquierda, que es circular y que tiene unos arcos diferentes a los de la puerta es el abside de la iglesia que construyeron.
En fin, después de dar una vuelta por la Porta Nigra, seguimos nuestro camino, llegamos a la plaza del mercado (La verdad es que mucha de la información de la que disponía era la de la guía que me dio Lilly), pasando por la casa de los Tres Reyes, que la verdad es que no le vi nada interesante.
De la Plaza del Mercado fuimos a la catedral de Trier (wikipedia), estuvimos viendola, y de allí pasamos a ver la iglesia de Nuestra Señora, que está pared con pared con la catedral, esta iglesia es muy curiosa porque tiene planta de cruz griega, y el altar está en el centro de la iglesia, además entre cada uno de los brazos de la cruz han aprovechado y han construido dos nichos más, con lo cual la iglesia tiene un total de 12 naves y le dan forma de flor, como se puede comprobar en google maps.
Desde allí nos fuimos a ver la Basílica de Constantino. Las basílicas romanas eran los edificios donde se impartía justitica y que posteriormente los cristianos tomarían como base para construir sus templos. Esta basílica es actualmente una iglesia protestante. La basílica es de ladrillo rojo y es bastante curiosa su construcción, sobre todo por su austeridad, tal y como se puede apreciar en las fotos de flickr.
Saliendo está el palacio de los electores, está construido pared con pared con la basílica, se ve que estaban mal de espacio y no tenían otro sitio donde construir... y después fuimos a ver las termas imperiales. Las termas romanas eran unos baños públicos donde iban los romanos a tomar baños, había distintas salas, unas para agua fria, otra para agua caliente y otras para vapor (como saunas), la verdad es que me recordaron un poco a los baños árabes de Jaén. Estuvimos dando una vuelta por las distintas galerías hasta que volvimos a salir y vimos desde arriba las galerías, la verdad es que había algunas que estaban sin restaurar y estaban las galerías sin techo y parecían más trincheras de una guerra que una termas, pero en fin, es lo que tienen 2000 años de historia.
Después nos fuimos al anfiteatro romano, allí tuve un problema técnico: me quedé sin pilas. Normalmente llevo dos juegos de pilas, pero se ve que la última vez se me olvidó cargar el segundo juego de pilas, con lo cual se me gastó el juego de pilas puesto y cuando fui a echar mano no tenía pilas. ¡Qué desastre!, ¡Qué error de principiante!, y claro por más que lo intentaba con las pilas gastadas no podía hacer nada, menos mal que a fuerza de preguntar, me encontré un hombre que me dio cuatro pilas normales y con eso pude terminar el día. Estuvimos viendo el anfiteatro, las gradas (que han desaparecido y supongo que estarán en otros edificios que se hayan construido en los últimos 2000 años), algunas salas que estaban junto a la pista y bajamos bajo la arena.
Después, viendo que ya era hora, nos fuimos a comer al centro, como se nos hizo un poco tarde (eran ya las 4 de la tarde), no era cuestión de ponerse tiquismiquis, y terminamos comiendo en el Mcdonalds (o mardonal, según gustos). Cuando terminamos nos fuimos a ver la casa natal de Karl Marx (seguro que le hubiera gustado mucho a Javier Mayor), allí nos dividimos en dos grupos: Yo quería ver el puente romano y Rubén e Iciar la casa de Marx, y como no teníamos tiempo para ver las dos cosas, nos dividimos: yo me fui a ver el puente romano y ellos entraron a ver el museo de la casa de Karl Marx.
La verdad es que el puente romano tampoco era muy impresionante, se ve que ha sido reconstruido a lo largo de la historia, y se veían dos partes bien diferenciadas: los pilares que eran de piedra blanca y los arcos que eran de piedra roja. En fin, como en España hay varios puentes romanos (sin ir más lejos en Martos hay uno, aunque de un sólo ojo y tambíen muy reconstruido), como el de Córdoba o el de Andújar).
Después nos volvimos a reunir, y corriendo para la estación que se nos escapaba el tren de las 18:12, el siguiente salía 10 minutos más tarde, pero llegaba a Darmstadt una hora más tarde y tampoco era plan.
Les estuve preguntando que tal estuvo el museo de Karl Marx, y me comentaron que eran muchos paneles con mucha lectura, y pocas cosas originales, y que tampoco les gustó mucho el museo.
En fin, la verdad es que ha sido una excursión muy interesante. Yo me he quedado con ganas de visitar el museo de la ciudad, donde creo que tienen muchas piezas romanas de escultura, pero otra vez será.

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